Alejandro Fernández: «Vox defiende el orden constitucional y no le voy a dedicar ni medio minuto»
Diez años. Ése es el tiempo que Alejandro Fernández (Tarragona, 1976), prsidente del PP catalán y candidato a la Presidencia de la Generalitat en las elecciones del 12M, se ha propuesto recuperar para que su formación vuelva a tener el liderazgo del espacio constitucionalista, donde ya no se encuentra el PSC por sus alianzas con el separatismo. Un liderazgo que Fernández pretende reconquistar sin entrar al cuerpo a cuerpo con partidos que lideraron dicho espacio, como son Ciudadanos y Vox. «Yo tengo muy claro que mi rival en estas elecciones es el separatismo y la izquierda», afirma, subrayando que todo pasa por volver a liderar el bloque del constitucionalismo. «Si no somos capaces de lograr eso, es muy difícil que se produzca el cambio en España», asegura. Apenas unas horas del referéndum anunciado por el president Pere Aragonés, Alejandro Fernández analiza estas cuestiones en OKDIARIO.
PREGUNTA.- ¿Qué le parece la propuesta que ha hecho el presidente de la Generalitat de un referéndum pactado?
RESPUESTA.- Vayamos al origen de las cosas. Junio de 2021. Tengo a bien hacer una ligera predicción sobre lo que creía que iba a ser la hoja de ruta separatista a partir de entonces, no porque hubiera tenido un arrebato de iluminación divina, sino porque no hacía más falta que interpretar lo que ellos estaban diciendo: indultos, sedición, malversación, inhibición del Gobierno de España en el cumplimiento de las sentencias lingüísticas, expulsión del CNI de Cataluña, expulsión de la Guardia Civil y de la Policía Nacional de Cataluña, que es una cosa que van a intentar abordar en breve, amnistía y autodeterminación.
Estamos, por lo tanto, en esa última fase que es la autodeterminación. Va a haber un punto de encuentro entre el separatismo y la izquierda, que es el reconocimiento de la plurinacionalidad de España. Una auténtica barbaridad, porque Nación hay una, se llama España. Lo que hace Pere Aragonés es seguir la vía pactada con esa izquierda, el Partido Socialista, Podemos, Sumar, todo ese conglomerado.
Luego está la vía Puigdemont, que es una vía distinta, porque puede volver a intentar o ensayar la vía unilateral. Pero están ya en las últimas fases, en los últimos coletazos de un proceso que lo que busca es enmendar la Transición y cambiar España, no con una gran mayoría social, sino con el 51% de los diputados y haciendo trampas. Es, por lo tanto, el último estadio de un proceso que lleva ya desarrollándose unos cuantos años.
P.- ¿Cómo ve que el señor Illa diga que no va a haber referéndum porque «ahonda en la división de la sociedad catalana» mientras el Gobierno lo negocia en Suiza delante de un mediador internacional?
R. – Yo sugiero a todas las personas que nos estén viendo, escuchando ahora mismo, que apliquen un método con Salvador Illa absolutamente infalible. Cuando le escuchen decir una cosa, que sepan que será exactamente la contraria.
P.- ¿Por qué no dice Illa que el referéndum es inconstitucional?
R.- Bueno, pues porque efectivamente, si él dice que es constitucional, es que es claramente inconstitucional. Repito, el método no falla. Cuando Salvador Illa dice que no va a pasar una cosa, es que ocurre. Miente siempre. Es decir, tiene una virtud en política que es que sabe sonreír. Parece ser de manera agradable. Es un tipo amable en las formas, pero es una persona de la que no te puedes fiar.
P.- Sobre el otro asunto que está en la mesa de Suiza, la cuestión de la «financiación singular» que plantea el señor Aragonés. ¿Qué es eso del «consorcio tributario» que plantea el señor Illa en la línea del cupo catalán que quiere Esquerra?
R.- La primera cuestión es que cuando se habla de los modelos de financiación conviene recordar que todos los sistemas de financiación en España han salido adelante porque han tenido el apoyo de todo el mundo. Es decir, no existen financiaciones a la carta. El régimen fiscal de Navarra y del País Vasco no se les concedió unilateralmente a ellos. Fue pactado por todos. Cataluña, por cierto, no se quiso acoger porque en aquel momento no querían recaudar impuestos. Por lo tanto, cualquier propuesta que pretenda romper la caja única es generar insolidaridad entre las comunidades autónomas españolas. No tiene ninguna viabilidad ni tiene ningún futuro.
Por lo tanto, evidentemente a mí, como catalán, me encantaría, como le puede pasar a un murciano o un asturiano, que mi comunidad autónoma estuviera lo mejor financiada posible. Pero lo que no se puede hacer es engañar a la gente.
P.- Y ¿cree usted que esto del consorcio tributario va a ir hacia adelante?
R.- Bueno, vamos a ver si Sánchez tiene el tiempo suficiente para desarrollarlo. Podría ser. Lo que pasa es que entraríamos otra vez en escenarios de flagrante ilegalidad, que es la manera en la que actúa. Pedro Sánchez aprueba cosas ilegales y luego ya veremos que dice el Tribunal Constitucional al respecto.
P.- La gran apuesta del PP en estos comicios es atraer al socialista desencantado. Pero, ¿existe ese votante socialista comprometido con la defensa de Constitución y el freno al procés?
R.- El gran objetivo, con todo el respeto, como sabe que le tengo, no es ése, exactamente. El gran objetivo para nosotros es acabar con el procés. Que será la manera también de acabar con el sanchismo. Acabar con el proceso en Cataluña significa acabar con la decadencia de Cataluña y recuperar el liderazgo. Por lo tanto, nosotros tampoco vemos al electorado como un laboratorio de cajones estancos. Nosotros nos dirigimos a todos los catalanes que están hartos, hartos de que Cataluña sea la comunidad con los peores datos de calidad educativa de toda la Europa occidental. Hartos de abrir el grifo y que no salga agua en pleno siglo XXI. Un Gobierno que es incapaz de garantizar el suministro de agua es un Gobierno fallido que debería haber dimitido hace muchísimo tiempo.
Hartos de haber perdido liderazgo económico, hartos de ser un infierno fiscal, hartos de aglutinar el 42% de las ocupaciones ilegales de toda España. Y esos catalanes, hartos de todo eso, pueden haber sido socialistas, haber votado socialistas en el pasado, pero pueden haber votado otras opciones también. Por lo tanto, nos dirigimos a todos ellos. Insisto, ya por una pura cuestión de respeto al electorado, no me gusta decir eso de ‘me dirijo a unos y a los otros’, nos dirigimos a todos.
P.- El presidente Feijóo en los últimos discursos que ha hecho, por ejemplo, en el de Barcelona del pasado miércoles habló de centrarse en atraer el voto del socialismo desencantado. Mi pregunta es si existe ese socialismo hoy…
R.- Ya no existe el voto cautivo. El voto cautivo se producía mucho en los años 80 y hasta principios de los 90, y era básicamente que la gente votaba casi en términos futbolísticos.’Yo soy del Barça o soy del Madrid, soy del PP y del PSOE. Y pueden hacerlo lo mal que quieran, cometer las tropelías que quieran, que les voy a votar igual… Hay gente, sobre todo en algunas zonas de España, donde ese voto todavía es cautivo. Pero si analizamos un poco, la gente cambia muchísimo de voto y especialmente en Cataluña. En Cataluña ocurren cosas asombrosas, gente que cambia de voto de una convocatoria a otra de manera diametral y sorprendente. Por lo tanto, evidentemente que nos dirigimos a gente que haya confiado en su momento en Salvador Illa y que se sientan engañados porque les ha engañado. Evidentemente que sí. Pero no sólo a ellos, nos dirigimos a mucha gente más que existe.
P.- Entonces, existe ese socialista…
R.- Yo conozco unos cuantos. No lo he podido medir demoscópicamente, pero conozco unos cuantos. Hombre, es que es muy gordo. Salvador Illa les dijo en campaña electoral que no iba a pactar nunca con el separatismo y le ha votado todo a Aragonés. Todo es todo. Entonces es normal que la gente se sienta engañada.
P. -Y ¿cómo se consigue atraer a ese votante del PSC?
R.- Nosotros, lo que le planteamos al votante o ex votante, a la gente que pueda estar dudando, es que somos la única garantía de abrir una nueva etapa. Salvador Illa dice que quiere abrir una nueva etapa, pero quiere abrirla, dice, con los mismos que han protagonizado la anterior. Es decir, es dar continuidad a la etapa. Lo que quiere hacer Salvador Illa es seguir desarrollando el proceso que ahora ya no solamente es catalán, sino que es del conjunto de toda España. Quien pretenda votar a Salvador Illa debe tener claro que lo que va a hacer es dar continuidad al proceso. En consecuencia, es dar continuidad a la decadencia. Nosotros tenemos muy claro, clarísimo, que nuestros votos, nuestros diputados, van a servir para que haya un cambio de verdad, que sea con el separatismo fuera de los Gobiernos. Fuera de la Generalitat, fuera de la influencia en el Gobierno de España y fuera de los ayuntamientos donde tengan pactos con el Partido Socialista. Si no, no hay nada de qué hablar.
P.- ¿Cuál es la meta de su candidatura en estas elecciones? ¿Es multiplicar por cinco el número de diputados? El presidente Feijóo les ha pedido «no ponerse techo».
R.- Efectivamente, no hay que ponerse nunca ni suelo ni techo. Pero nosotros, a lo que aspiramos es a tener la llave de la política catalana para que se provoque un cambio e iniciar una nueva etapa. Eso, evidentemente, pasa por tener un resultado notablemente superior al que tuvimos hace tres años. Y luego tenemos un objetivo también que conviene no olvidar y que además todo indica que estamos muy cerca de lograrlo. Hace diez años que el Partido Popular perdió el liderazgo en el espacio constitucionalista. Ese liderazgo lo ostentó Ciudadanos durante unos cuantos años y lo ha tenido Vox. Todas las encuestas marcan, y ya ocurrió en las elecciones generales, que el Partido Popular está en disposición, diez años después, de tener ese liderazgo. Y eso es muy importante para nosotros, porque eso también es la primera piedra sobre la que construir el cambio en España. Somos plenamente conscientes en el Partido Popular, en Cataluña, de que si no somos capaces de lograr eso, es muy difícil que se produzca el cambio en España. Yo asumo mi responsabilidad y la responsabilidad de todo nuestro partido. Por eso estamos muy convencidos de lo que hacemos, porque sabemos que está en nuestras manos, no sólo que cambie Cataluña, sino que cambie el conjunto de España.
P.- ¿Están ustedes percibiendo trasvase de voto de Vox hacia el PP?
R.- Yo lo que estoy percibiendo es una ilusión y un entusiasmo que hacía muchísimos años que no percibía. Y eso es así, lo percibo en la calle, lo percibo en las redes, lo percibo en los medios de comunicación, lo percibo en los foros sociales de todo tipo, en las entidades, entidades que habían dado la espalda por los motivos que fuere. Yo no intento hacer reproches nunca al respecto, pero hoy están trasladando un mensaje de confianza hacia nuestro proyecto político. Por lo tanto, eso es una garantía de que las cosas van a ir bien.
P.- ¿Por qué Vox incendia la política catalana, según el señor Feijóo?
R.- Haré simplemente una reflexión. No voy a dedicar ni medio minuto a referirme a partidos políticos que, con matices muy distintos, y algunos, a mi modo de ver, muy rechazables, defienden el orden constitucional. E insisto, con algunas de esas fuerzas políticas tenemos programas electorales y convicciones particulares muy distintas. Yo tengo muy claro que mi rival en estas elecciones es el separatismo y la izquierda. Cada uno tiene su manera de hacer política y yo, por lo tanto, tengo muy claro quién es mi rival en estas elecciones.
P.- ¿Usted hablaría con el señor Puigdemont o algún subordinado para buscar intereses comunes si el ex president se sometiera a la Justicia como un payés en un pueblo de Lleida?
R.- Mire, piense una cosa. Esos escenarios hipotéticos, si tuvieran la más mínima posibilidad de producirse, a lo mejor le contestaría. Pero que Puigdemont se convierta de golpe y porrazo en un demócrata convencido civilizado es tan metafísicamente imposible como que a usted y a mí nos vuelva a crecer el tupé, para que nos entendamos. Entonces no va a ocurrir. Y cuanto antes lo aceptemos, mejor para todos.
P.- ¿Le puso alguna condición el señor Feijóo cuando le confirmó que sería el candidato tras días de incertidumbre?
R. -Tengo la sana costumbre de no revelar nunca las conversaciones privadas, pero le puedo decir que fue una conversación grata, cordial y de máximo entendimiento.
P.- Las dudas expresadas por Génova a la hora de su designación ¿le ayudan o le perjudican para esta campaña?
R.- No sé, yo la verdad es que he tenido una sensación un poco contradictoria porque todas las personas que han salido a defender mi candidatura lo han hecho con luz y taquígrafos, en público, en los medios, en las redes, etcétera. Y sí, parece ser que había gente que no estaba de acuerdo en mi candidatura, pero no sé sus nombres porque ninguno se ha pronunciado en público. Fíjese usted.
P.- Y la última. ¿Ve a Adrián Vázquez en la lista del PP para las elecciones europeas?
R.- La verdad es que tengo un buen concepto de él y de su trabajo en el Parlamento Europeo, pero bastantes problemas tengo yo ya como para ponerme a elaborar la lista del Parlamento Europeo. Por lo tanto si finalmente fuera así, bienvenido, pero no me corresponde a mí tomar esa decisión.